A casi nadie le es desconocido el nombre de Albert
Einstein, uno de los más grandes científicos de los últimos 150 años y que
comparte lugar de honor en la historia de la ciencia con Isaac Newton, Galileo Galilei
y Stephen Hawkins, entre otros.
Einstein es conocido por sus aportes científicos, tales
como descubrir el efecto foto eléctrico motivo por el cual le dieron el Premio
Nobel y por supuesto el creador de la teoría de la relatividad presentada el 25
de noviembre de 1915.
Lo cierto es que la ciencia no era su única pasión. Einstein
era un apasionado músico que
tocaba y componía. Su íntima relación con la música y especialmente las obras
de Mozart, se dejó ver en una entrevista publicada en 1929 y que lleva por
nombre: Que significa la vida para Einstein.
Muchas veces se relaciona la genialidad con grandes
cualidades para la música. Einstein no era la excepción. A los seis años de
edad comenzó a tocar el violín y
más adelante el piano. El primero de estos instrumentos, en sus propias
palabras, era su mayor alegría.
El aprendizaje del violín fue para Einstein algo
natural. Si bien tomó clases desde los 6 años, se aburrió rápidamente de los
maestros a los que el consideraba aburridos. Dejó la educación musical a los 13
años, pero el violín lo acompañó el resto de su vida. El mismo Einstein dijo
que, si no hubiese sido científico, se habría dedicado a la música.
El genio de las ciencias buscaba inspiración en la
música e incluso compuso varias piezas. Einstein, habló de su relación con la
música y dijo:
“Siempre pienso en música y la música llena mis sueños de día. Puedo ver
mi vida en términos de música y de ella saco gran parte de mi alegría.”
Mozart
era el compositor favorito de Einstein y
el físico tenía sus razones. Para él la música de Mozart era tan pura que parecía que hubiese estado
siempre presente en el mundo, esperando ser descubierta por el maestro. Lo
mismo ocurría con las leyes de la física y el universo, de modo que hay un cierto
paralelismo entre los científicos y los músicos, ya que Einstein creía que
existía una afinidad en la forma de pensamiento y el proceso creativo.
Has escuchado a
Mozart? Inténtalo…no todo debe ser banda y regueton...