Dice más o menos así: Que lo más conviene para nosotros
es creer en dios. Porque uno puede hacer dos cosas en la vida: A) Creer en
dios. B) No creer en dios.
En el escenario A, si dios no existe no pasa nada. Si dios existe uno se verá recompensado por haber creído en el.
En el escenario B, si no existe no pasa nada. Si dios existe uno ira al infierno.
Ergo. la mejor apuesta es creer en dios.
Este argumento ha sido usado en múltiples ocasiones
como una forma de convencer al incrédulo.
Pero dicho argumento tiene varios problemas, inicialmente porque se refiere al dios cristiano y excluye a los otros.
De la misma forma falla en incluir solo dos posibilidades, creer o no en dios. Hay personas que sencillamente son indiferentes a la religión o son agnósticos o tienen otros sistemas de creencias como el budismo no teísta.
Sin embargo el problema principal es que se le olvida a Pascal que fingir creer en dios para obtener una recompensa eterna es deshonesto e inmoral.
Además, es absurdo pensar que un dios, siendo omnisciente como se le atribuye a todos, no se daría cuenta de esta estrategia engañosa por parte del creyente, es decir, creer por conveniencia y no por convicción. Al final dios anularía así los beneficios de semejante apuesta.
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