lunes, 30 de mayo de 2011

¿Volumen o Calidad?



Alan Parsons mezclando The Dark Side of the Moon.

Desde mediados de los 90s, en el proceso de migracion
de la musica a diferentes formatos, se viene
desarrollando entre musicos, estudios de grabacion, ingenieros de sonido e industria discografica, la llamada "Guerra del Volumen”, una tendencia que consiste en aumentar el volumen medio con el que se graban las canciones. De esta forma, cada disco que se lanza al mercado, suena más potente que el anterior. La pregunta es ¿Como afecta la calidad del sonido?. Y también ¿Es mejor la experiencia auditiva?
Mi opinión es que afecta la calidad del sonido con tendencia a la baja fidelidad y esto porque las mezclas y masterizaciones se hacen pensando en que las canciones ya no se disfrutan en equipos de alta fidelidad en ambientes tranquilos, como la sala o el estudio de nuestra casa, sino en equipos de automóviles, reproductores mp3, celulares y PCs. El sonido se escucha ahora mas comprimido y saturado porque tiene que competir contra el ruido de la calle, de las camionetas y de la conversación humana.
Técnicamente, aumentar la presión del volumen significa reducir el rango dinámico de las grabaciones (el espacio entre las frecuencias altas y bajas de un sonido), lo cual elimina matices valiosos. "Está comprobado que la música más fuerte no implica más ventas y que escuchar musica comprimida conduce a la fatiga auditiva, que aleja al oyente de disfrutar la música” explica Eduardo Bergallo, ingeniero de grabación, mezcla y mastering con más de 1.200 discos en su hoja de vida.
El evento clave en la guerra del volumen fue el lanzamiento del album Death Magnetic, de Metallica. En el camino opuesto, Guns N' Roses publicó Chinese Democracy con una mezcla que privilegia el rango dinámico. Su aparición sirvió para dar a conocer mundialmente a “Turn Me Up”, una organización que propone el 25 de marzo como el "Día del Rango Dinámico" para terminar con esta competencia para sordos. En eje central, del pensamiento de esta organización, es: Mejor sonar un poco más bajo y que sea la gente quien suba el volumen.
Y es que no solo por factores de estudios de grabacion, se puede explicar la saturación del sonido actual; aumentar la fidelidad del audio de las canciones implica usar formatos sin compresión como, por ejemplo, el WAV, que crean mejores archivos pero también de mayor tamaño, lo cual altera toda la ecuación comercial: a más peso, más almacenamiento, más redes, más ancho de banda y más tiempo requerido para vender música. En pocas palabras: cambiar la calidad del audio es cambiar un negocio. Actualmente es difícil prescindir de mp3 porque este formato triunfo cuando descargar música era lento y la capacidad de almacenamiento limitada.
Pero seamos honestos, hay música rock y pop que no se soporta ser escuchada en forma comprimida y menos si el formato es amplificado. “No creo que la calidad del audio sea el principal desafío de la música hoy. Lo que más buscan los melómanos es acceder más fácilmente a la música", dijo a CNN Shawn Lyden, jefe operativo de Sony Network, empresa que lanzo el servicio pago de Streaming Music Unlimited.
Pero ¿Es esto realmente así? ¿Un patojo que escucha su iPod en el bus, automovil o en la calle prefiere la comodidad sobre la calidad? ¿Es mejor tener mas canciones de baja fidelidad o menos canciones con alta fidelidad? ¿O es que hemos sacrificado la alta fidelidad de la musica por tener el reproductor de moda?