lunes, 7 de diciembre de 2015

El Grinch de la Musica Navideña

Acostumbrados a no cuestionarnos nada y a aceptar las cosas simplemente porque "así son o asi deben de hacerse", muy raramente analizamos esta época de consumismo y buenos deseos, tal como se podría hacer; si al menos tomáramos en nuestras manos mas que un pasquín de supermercado para conocer mas de ella.

Antes de hablar de la música de la época,  podríamos recordar brevemente que la navidad es la celebración del nacimiento de Joshua Ben Joseph o Yeshua Ben Yosef (Jesús hijo de Jose) que ocurrió en alguno de estos dos posibles lugares: Belén de Judea como se lee en los evangelios cristianos atribuidos a Mateo y Lucas o en Nazaret como aparece en los evangelios de Marcos y Juan. En ninguno se menciona la fecha y esta no aparece ni en lo escrito por Flavio Josefo ni en los registros romanos. Ante este vacío, en el siglo IV la iglesia establecida ubica esta fecha el 25 de diciembre como una forma de sincretismo con el nacimiento de Mitra y del Sol Invicto. Posteriormente, la mayoría de cristianos suma a esta celebración, la tradición de hacer regalos como una forma de recordar la visita de los magos de oriente al recién nacido.

A partir de allí, y tomando como base una festividad vikinga, todo lo que nos parece tan establecido y obligatorio: El árbol, las luces, el nacimiento, las hojas de pacaya, el pino, la manzanilla, los tamales, el ponche, santa claus, los renos, los duendes, los regalos, la cena de navidad, la visita de parientes y amigos, y cientos de cosas mas pues son, simplemente, agregados culturales que incluye la espantosa música navideña.

En Guatemala, consta en los medios de comunicación masiva que, la época navideña empieza oficialmente cuando se inaugura en la ciudad capital y en las cabeceras departamentales, una serie de estructuras metálicas en forma de cono mal llamadas, "arboles", "...con un millon de luces...",  que nos invitan a embriagarnos con cerveza. Algunos empresarios, no olvidándose del dicho de "hacer su agosto" se adelantan a esta arranque oficial y desde agosto, precisamente, empiezan a poner adornos navideños en sus almacenes y a ofrecer falsas ofertas.

Para nosotros en Guatemala no es una blanca navidad porque vivimos en el subtrópico y lo mas que tendremos sera frentes fríos ya anunciados y uno que otro temblor. No cae nieve pero para eso están los adornos navideños! Para crear esa fantasía que estamos más cerca del polo norte y decoramos, de tal forma, para que nuestra sala se asemeje a la de las revistas del corazón y el comedor al del mejor de los hoteles.

Lamentablemente fallamos en la mayoría de los casos. La combinación de los adornos propios de la época son crímenes en contra del buen gusto y de la estética. Los muñecos, las series de luces multicolores y resto de adefesios instalados por doquier, sin respeto a las formas ni proporciones, invaden en cruel vorágine nuestros ya precarios ambientes.

¡Ah pero la música! Nuevamente la tortura de los aburridos villancicos tradicionales y canciones navideñas, grabadas e interpretadas una y mil veces por la mayoría de artistas, desde Elvis hasta Los Bukis, programadas a toda horas y en mezclas espantosas.


Seremos nuevamente bombardeados por el súper-mega- mix del flamazo navideño de Los Flamers, el cañonazo navideño de exitos de cumbias en marimba y el híper-tradicional-supermix de Rully Rendo. Escucharemos las canciones del burrito sabanero que va camino a Belén y la de los peces que beben y beben y vuelven a beber.

Aparte, por supuesto, de toda la música que propicia la nostalgia, la tristeza, la culpa y la lloradera a moco tendido: Navidad sin ti, triste navidad, amarga navidad, ya se va diciembre, el brindis del bohemio, ven a mi casa esta navidad, etc. Aquí en Guatemala se programa sin anestesia y sin previo aviso It is gonna be a cold Christmas de Dana, Last Christmas de George Michael y Feliz Navidad de José Feliciano desde noviembre. No falta por supuesto el popurrí de canciones navideñas de Pandora y los villancicos de Tatiana.


Interesantes interpretaciones de JJ Hrubovcak

No obstante, las canciones de Navidad también tienen sus orígenes en la Iglesia Católica. Se afirma que la composición más antigua se remonta al siglo IV y se titulaba: “Jesus refulsit omnium“. Con la llegada de la época medieval, los cantos gregorianos también contribuyeron a la composición musical de las canciones de Navidad. Posteriormente, en la época del Renacimiento, estas adquirieron un tono menos triste. Una de las canciones navideñas modernas más famosas es "Noche de Paz". Se cuenta que la letra fue escrita por un párroco de un pequeño pueblo de Austria, allá por 1818. Como aquella Navidad el órgano de la iglesia estaba roto, el párroco optó por la guitarra y así se difundió la canción entre los feligreses. 

En la actualidad, la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores publicó una lista de las mejores canciones de Navidad. En el top del listado se encuentra "Winter Wonderland", un tema escrito en el año 1934 que llegó a la fama gracias a la versión de Eurythmics en el 1989. 

El origen de la música navideña la podemos encontrar en parte en los villancicos. En realidad la palabra “villancico” se usaba en España para designar a los villanos; es decir, a las personas que habitaban en las villas. De esta forma se diferenciaban de la clase noble. En España las canciones de navidad se desarrollaron fundamentalmente en la región de Castilla y sientan sus orígenes en las composiciones musicales que los musulmanes llevaron hasta allí en la época de la conquista. 

Sin embargo, entre todas las canciones de Navidad, ha sido "White Christmas" de Bing Crosby, el villancico que más versiones ha tenido a lo largo del tiempo. Nada menos que unas 500 versiones. A pesar de todo esto y los éxitos comerciales, el mensaje de estas canciones es muy limitado, muy local, de visión de túnel; con el mismo sonsonete, campanitas metidas a puro tubo y que lejos de propiciar alegría embadurnan a la época de tragedias griegas.

Será Navidad ¡Otra vez! Obligatorio, de acuerdo con todos, a estar feliz, donde hay que perdonar y ponerse empático con quien te ha hecho más de alguna cabronada. Tiempo de ser humilde y compartir el tamalito y el ponche con familiares que no te caen bien y que solo los ves en esta época afortunadamente. Tiempo de encontrarse con personas que te conocen y que en realidad no te conocen para nada, pero que te desean felices pascuas y próspero año nuevo, cuando en realidad les importa un comino lo que te pase.


Neurosis navideña dirían los Psicólogos y Psiquiatras! Y tienen razón! Pero a pesar que todos tenemos recuerdos tristes en esta época, lo mejor que podemos hacer en disfrutar el dia a dia, sea o no navidad y si uno quiere hacer un regalo pues hacerlo en cualquier momento, cuando nazca del corazón y nunca por obligación.