El 31 de marzo de 1967, en la sala del cine “London Astoria”, Londres, Jimi Hendrix protagonizó un concierto ante un aproximado de 1.600 personas que culminó con un espectacular ritual nunca antes visto: el guitarrista tomó su Fender Stratocaster de 1965 y le prendió fuego sobre el escenario con la ayuda de un poco de gasolina. Tony Garland, el que fuera manager de Jimi Hendrix, recuerda que, antes de comenzar el concierto, los miembros del grupo, lidereados por el guitarrista, discutían la posibilidad de prenderle fuego al instrumento cuando acabara la actuación. "Cuando llegué había una discusión sobre prenderle fuego a su guitarra -la de Jimi Hendrix-, así que fui a buscar algo de gasolina para mecheros y se la di para que hicieran lo que ellos quisieran con ella", explica Tony Garland.
