lunes, 8 de diciembre de 2014

Musica navideña (revisitada)

Acostumbrados a no cuestionarnos nada y a aceptar las cosas simplemente porque "así son o asi deben de hacerse", muy raramente analizamos esta época de consumismo y buenos deseos, tal como se podría hacer; si al menos tomáramos en nuestras manos mas que un pasquín de supermercado para conocer mas de ella.

Antes de hablar de la música de la época,  podríamos recordar brevemente que la navidad es la celebración del nacimiento de Joshua Ben Joseph o Yeshua Ben Yosef (Jesús hijo de Jose) que ocurrió en alguno de estos dos posibles lugares: Belén de Judea como se lee en los evangelios cristianos atribuidos a Mateo y Lucas o en Nazaret como aparece en los evangelios de Marcos y Juan. En ninguno se menciona la fecha y esta no aparece ni en lo escrito por Flavio Josefo ni en los registros romanos. Ante este vacío, en el siglo IV la iglesia establecida ubica esta fecha el 25 de diciembre como una forma de sincretismo con el nacimiento de Mitra y del Sol Invicto. Posteriormente, la mayoría de cristianos suma a esta celebración, la tradición de hacer regalos como una forma de recordar la visita de los magos de oriente al recién nacido.

Y a partir de allí, todo lo que nos parece tan establecido y obligatorio: El árbol, las luces, el nacimiento, las hojas de pacaya, el pino, la manzanilla, los tamales, el ponche, santa claus, los renos, los duendes, los regalos, la cena de navidad, la visita de parientes y amigos, y cientos de cosas mas pues son, simplemente, agregados culturales. Esto incluye la espantosa música navideña.

En Guatemala consta en los medios de comunicación masiva que la época navideña empieza oficialmente cuando se inaugura en la ciudad capital y los departamentos, una serie de estructuras metálicas en forma de cono, "...arboles...", "...con un millon de luces...",  que nos invitan a embriagarnos con cerveza. Algunos empresarios, no olvidándose del dicho de "hacer su agosto" se adelantan a esta arranque oficial y desde agosto, precisamente, empiezan a poner adornos navideños en sus almacenes y a ofrecer falsas ofertas.

Para nosotros en Guatemala no es una blanca navidad porque vivimos en el subtrópico y lo mas que tendremos sera frentes fríos ya anunciados y uno que otro temblor. No cae nieve pero para eso están los adornos navideños! Para crear esa fantasía que estamos más cerca del polo norte y decoramos, de tal forma, para que nuestra sala se asemeje a la de las revistas del corazón y el comedor a los de los mejores hoteles.

Lamentablemente fallamos en la mayoría de los casos. La combinación de los adornos propios de la época son crímenes en contra del buen gusto y de la estética. Los muñecos, las series de luces multicolores y resto de adefesios instalados por doquier, invaden en cruel remolino nuestros ya precarios ambientes.

¡Ah pero que decir de la musica! Nuevamente la tortura de los villancicos tradicionales, por demás aburridos, con el mismo sonsonete, que no han evolucionado y que algún DJ moderno, en mala hora, tuvo la gracia de ponerlos en mezclas espantosas para las radios populares.

¿Quién no ha escuchado el súper-mega- mix del flamazo navideño de Los Flamers, el cañonazo navideño de exitos de cumbias en marimba o el híper-tradicional-supermix de Rully Rendo?. Estos mixes generalmente los ponen cercanos a las 12 de la noche del 24 de diciembre, en medio del sonido de cohetillos y bombas de colores y el olor a tamal, ponche, pino, manzanilla, guaro, a caliente por las luces sobre el árbol plástico y pasta de dientes que hubo que ponerle al patojo porque se quemó con pólvora.

Seremos nuevamente invadidos por música que propicia la nostalgia, la tristeza, la culpa y la lloradera a moco tendido: Navidad sin ti, triste navidad, amarga navidad, ya se va diciembre, el brindis del bohemio, etc. Y es que grandes artistas tienen álbumes solo de canciones navideñas (Hasta Elvis!) y otros tienen sencillos que, año con año, se repiten hasta el hartazgo. Aquí en Guatemala se programa sin anestesia y sin previo aviso desde agosto: It is gonna be a cold Chrismas de Dana, Last Chrismas de George Michael y Feliz Navidad de José Feliciano. No falta por supuesto el popurri de canciones navideñas de Pandora y los villancicos de Tatiana.

Será Navidad ¡Otra vez! Donde hay obligación de estar feliz, donde hay que perdonar y ponerse cariñoso con quien te ha hecho más de alguna cabronada. Tiempo de ser humilde y compartir el tamalito y el ponche con familiares que no te caen bien y que solo los ves en esta época afortunadamente. Tiempo de encontrarse con personas que te conocen y que en realidad no te conocen, pero que te desean felices pascuas y próspero año nuevo cuando en realidad les importa un comino lo que te pase.

Pero bueno, ¡Basta ya de neurosis navideña!, pásenla como quieran y con quien quieran que al final, año con año el guion se repite: La bulla pasa rápido y los anaqueles de adornos navideños serán rápidamente (al día siguiente de Navidad) reemplazados por los de útiles escolares y demás artilugios tecnológicos para la educación.