viernes, 16 de abril de 2010

Syd Barrett, entre la genialidad y la locura


Syd Barrett es uno de los músicos más míticos y enigmáticos de la historia de la musica británica, nacido en Cambridge en 1946. A temprana edad, empezó a mostrar intereses musicales y pronto militó en bandas locales como Geoff Mutt and The Mottoes.

En 1963 Barrett se traslada a Londres para asistir a clases en la Camberwell School Of Art y al tiempo forma con algunos músicos el grupo The Hollering Blues, con influencias de Blues y Rock’n'roll. En esa misma época, Roger Waters, que tambien estaba estudiando en Londres, contaba ya con su propia banda llamada The Screaming Abdabs. Pronto contactó con Barrett para que se uniese al proyecto. El proyecto cambió su nombre por el de “The Pink Floyd Sound” a sugerencia de Barrett, tomando el nombre de dos famosos bluesmen americanos (Pink Anderson y Floyd Council).
En este grupo ya estaban Nick Manson (bateria) y Rick Wright (teclado) aunque con la incorporacion de Syd Barrett el grupo tomaría una dirección muy diferente a la del primitivo Blues-Rock que practicaban. El recién llegado, pronto tomó el control casi absoluto de la banda, convirtiéndose en el principal compositor, cantante y guitarrista de la formación, introduciendo inauditos elementos de experimentación y psicodelia que pronto empezaron a llamar la atención en sus actuaciones en Londres. Los conciertos eran complementados con imágenes y proyecciones en la parte de atrás del escenario, salidas de la fértil imaginación de Barrett.

En 1967 el grupo firma un contrato con EMI que les publica su primer single: “Arnold Layne” un excepcional tema compuesto por Barrett y que ya definía el sonido del grupo. Tremendamente extraño, experimental y con un magnetismo difícil de describir. El segundo single de la banda “See Emily Play” supuso un enorme éxito, lo que propició la entrada inmediata de la banda en los estudios Abbey Road para grabar lo que sería el primer álbum del grupo: “The Piper At The Gates Of Down”.

Este disco es considerado el mas claro exponente de la psicodelia británica, influenciado por la costa oeste americana, pero con sus propias señas de identidad. Aquí Syd Barrett dispuso ya de todos los elementos necesarios para plasmar sus extravagantes y originales ideas, al tiempo que se introducía de lleno en el consumo masivo de drogas, principalmente LSD, práctica muy habitual en el circuito londinense de la época, mientras el resto de banda tomaba una actitud mucho mas moderada.

En las composiciones de Barrett, se aprecia con claridad una nueva armonía en temas como “Interstellar Overdrive”, “Astronomy Domine” o “Lucifer Sam”, canciones propicias para alucinar que eran realmente originales y brillantes. Largos y complicados desarrollos instrumentales en los que destaca la peculiar forma de tocar de Barrett y el distintivo bajo de Roger Waters. Las letras de Syd Barrett son aquí complejos jeroglificos con referencias oníricas ciertamente sugerentes y extrañas. Barrett compuso todos los temas y fue el cantante principal en todas ellas. “The Piper At The Gates Of Down” es un disco único, que juega con la experimentación hasta límites desconocidos, introduciendo elementos y sonidos que luego serían imitados hasta la saciedad, traspasando el limite del rock para adentrarse en el Jazz, en ritmos étnicos y nunca antes escuchados. El disco tuvo un éxito casi instantáneo y el grupo empezó a tocar por todo el país y por los EE.UU.

Llegados a este punto es cuando la historia se vuelve confusa. Barrett había seguido tomando LSD y su estado psicológico se empezó a deteriorar en los meses de gira con la banda, arruinando algunas actuaciones del grupo con episodios psicóticos. Se suele citar como punto culminante, el colapso que sufrió en una entrevista para una cadena norteamericana, imágenes que dieron la vuelta al mundo.
Ante esta situación, la banda, con Roger Waters a la cabeza, disfrutando de un éxito que exigía plena concentración optó por sustituir a Barrett por otros músicos en las actuaciones en vivo, obligándose obviamente a reestructurar y adaptar todo el repertorio. Finalmente se optó, una vez que el grupo decidió entrar de nuevo al estudio de grabación, en dejar fuera definitivamente al líder indiscutible de la banda.
Syd Barrett fue substituido por David Gilmour y el grupo continuó su camino alejándose de las coordenadas psicodélicas del primer disco, en una carrera más comercial bien conocida por todos.

Syd Barrett desarrollo esquizofrenia, una situación discapacitante que le obligó a someterse a cuidados médicos y a retirarse a casa de sus padres. En 1970, no obstante, Barrett contactó con David Gilmour y le planteó la idea de grabar en estudio algunos temas que tenía completados. De esas primeras sesiones saldría prácticamente todo el material del primer disco en solitario de Syd Barrett, llamado “The Madcap Laugh”, producido por David Gilmour y con colaboraciones de The Soft Machine, Roger Waters y diversos músicos de estudio. Un disco extraño dominado casi en exclusiva por la guitarra y la voz de Barrett que navega por espacios de folk espectral, blues y rock con la soltura y convicción que solo él podía conseguir.
Destacan dentro de este conjunto tan heterogeneo de canciones las tomas de “Terrapin”, “Octopus”, “Late Night”, “No Good Trying” y “Love you” dotadas de irresistibles melodías y magníficos arreglos, el resto del material es bastante mas experimental y oscuro, algunos temas son simplemente esbozos sin completar, canciones extrañas difícilmente clasificables.
Las sesiones de “The Madcap Laugh” fueron complicadas, Syd Barrett se mostraba disperso y ausente en muchos momentos y fue necesario pinchar tomas una y otra vez, añadiendo arreglos solamente cuando la parte de guitarra y voz ya estaba grabada. Aunque lo cierto es que a pesar de todo, Barrett seguía mostrando una imaginación fuera de toda discusión y un entusiasmo por sus canciones que fue capaz de transmitir a todo el equipo. El disco salió publicado ese mismo año con escaso apoyo comercial de EMI y pocos se enteraron de su existencia, David Gilmour volvió con Pink Floyd y Syd Barrett se retiró a su casa. Quizás contra pronóstico, tan solo unos meses mas tarde, en Noviembre de 1970, Syd Barrett volvió a ponerse en contacto con EMI para grabar nuevos temas, la compañía de nuevo accedió, aunque esta vez se intentó por todos los medios dar un toque mas comercial a las composiciones, con vistas a una mayor repercusión mediática.

David Gilmour se volvió a unir al proyecto de Barrett. as nuevas sesiones fueron igualmente un relajo pero igualmente interesantes, con un ambiente marcado por la esquiva y fértil imaginación de Barrett, enfrascado en sacar adelante temas absolutamente geniales como “Baby Lemonade”, “Gigolo Aunt” o “Rats” junto a temas mucho mas extraños cercanos al espíritu de “The Madcap Laughs” como “Wined and Dined” o “Wolfpack”.
En Febrero de 1970, Syd Barrett grabó una actuación en el celebre programa de John Peel para la BBC acompañado por David Gilmour y Jerry Shirley interpretando temas de su primer disco como “Terrapin” pero centrándose en temas que luego aparecerían en “Barrett” como “Gigolo Aunt”, “Baby Lemonade” o “Effervescing Elephant. Este concierto es interesante porque los temas muestran matices distintos y porque Barrett se muestra bastante inestable durante la actuación, provocando cambios imprevistos difíciles de seguir por los músicos.

Tras la publicación de su segundo disco se retiró definitivamente y su figura fue poco a poco eclipsada por el enorme éxito mediático de Pink Floyd que alcanzó su cima a mediados de los 70 con discos como “Dark Side Of The Moon” o “Wish You Were Here”.

Syd se instaló permanentemente en casa de su madre. La naturaleza de su enfermedad y la influencia que tuvo ésta en su carrera y en su posterior desaparición permanecen por tanto en el más absoluto de los misterios. No hay un patrón fijo para describir o predecir el comportamiento y los pensamientos de un esquizofrénico y la ausencia de datos precisos sobre sus últimos años tampoco ayuda a solventar ese misterio.

En 1989, coincidiendo con una revitalización de la figura de Syd Barrett, se publicó el álbum “Opel”, una recopilación de temas inéditos y tomas alternativas de aquellas míticas sesiones de 1970, con lo que prácticamente todas las canciones han visto ya la luz. Estas canciones que siguen manteniendo un magnetismo y una magia difícilmente asimilable, envuelta para siempre en una inigualable leyenda de genialidad y misterio.

1 comentario:

  1. Luis Manteiga Pousa23 de enero de 2023, 14:07

    Me parece que, en líneas generales, los hombres somos más extremos que las mujeres, en el sentido de que somos más dados tanto a la genialidad como al desastre.

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